Villaviciosa y Tazones
Sí, desgraciadamente el orbayu se había instalado en Asturias, mejor dicho estaba enganchada la niebla en el litoral y en Picos así que no teníamos más remedio que quedarnos por la "plana" e intentar visitar algún otro rincón asturiano que nos quedaba por ver y decidimos ir hacia Villaviciosa.
Hicimos el camino por la carretera que va paralela al litoral, pasamos de autovías, casi no se veía el mar. Llegamos a Villaviciosa y aterrizamos en la plaza donde está el ayuntamiento, en la Plaza del Generalísimo, los balcones de las casas que dan a la plaza estaban llenos de sábanas reclamando nueva nomenclatura: Plaza del Ayuntamiento, nos pareció que era una petición ajustada... de entre las muchas sábanas habían unas cuantas que pedían: Plaza del Uevu, al principio nos pensamos que esta petición era cachondeo pero resultó que no, que antigua y popularmente se conocía la plaza en donde está la Casa Consistorial como la plaza del Güevu, información esta faciltada por el folleto turístico que me apalanqué de la Oficina de Turismo. Y entonces pensé: vaya hombre ahora resulta que a los de Villaviciosa tampoco es que les plazca el nombre popular y han recurrido a lo facilito... con lo bonito que sería llamar a la plaza con su nombre más propio. Picajosos!!!!
Buscamos la Oficina de Turismo y nos informamos de la oferta turística visitable del entorno, sobre todo de la ria.
Para no desentonar con otros días la mayoría de lo visitable en Villaviciosa estaba cerrado a cal y canto o bien en obras. Glorioso!
Hice alguna foto a la iglesia románica de Sta. María de la Oliva en la plaza de la Oliva delante mismo de la oficina de turismo,
detalle de la Virgen que adorna la puerta de entrada
creo que mi mano se paseó por todas y cada una de las firmas que aún se apreciaban en las piedras de las paredes de la iglesia, acariciar con los dedos las firmas de los artesanos siempre me emociona... tontita que es una; Intenté hacer fotos de las mismas pero casi no se apreciaban así que no tengo ninguna.
Cogimos el coche nos fuimos a la playa de Rodiles desde allí, nos explicaron, parte un paseo en pasarela adentrándose al interior y paralelo a la ria. Muy bonito. Y llegamos a Rodiles, enorme y hermosa playa, enorme y hermoso bosque de pinos y eucaliptos al lado mismo, contaba para los visitantes con mesas y bancos para el picnic, espacios que encontramos en muchas otras playas asturianas y lo cual nos sorprendió, no estamos acostumbrados en mi tierra hallar un palmo de nada, ni tierra ni cemento, ni banco, ni mesa a disposición del público visitante o bañista, por no encontrar, a veces, ni encuentras un palmo de arena libre... toda la playa está invadida por hamacas. De alquiler ofcors.
Continuaba la niebla enganchada al agua y era una pena, la ria de Villaviciosa es una maravilla, por no ver casi ni se veía la otra orilla.
Tuvimos que sacar los paraguas para pasear... y peleándome con el y la máquina de fotografiar logre hacer un par:
como ustedes verán, ver, lo que se dice ver casi no se veía ná.
En realidad y a pesar del tiempo el paseo fue precioso y valió la pena.
Como ya se acercaba la hora de comer decidimos visitar Tazones, obligatorio según la señora informadora turística, y allí fuímos y... sí, seguro que es muy bonito pero bajo un aguacero no apetecía pasearse por allí, así que fuimos directamente a por faena, a buscar donde comer, de hecho todo Tazones es un restaurante, impresionante! refugiada bajo un toldo hice una foto de las casas típicas y de sus colores, colores que como ya he dejado dicho me encantan
ya en el restaurante, lleno hasta los topes de "ejecutivos" poniéndose las botas comimos, tuvimos que conformarnos con algunas tapas pues pedimos arroz co no se que y nos dijeron que debíamos esperarnos una hora. Mientras comíamos me fijé en la decoración del restuarante y en una de sus paredes habían unas baldosas pintadas representando unos puestos de mercadop en la calle de venta de pescado
es evidente que en Asturias llueve y es habitual.
Terminamos de comer, pasamos por el Puntal (vista panorámica)
decidimos acercarnos a ver el faro... creo que es el único faro que he visitado y desde el cual no se puede ver el mar
y ya emprendimos el camino de regreso, la última foto de la ria, observen el cielo, así todo el día
veremos mañana que nos depara el tiempo, empezábamos a estar cansados de que nos fastidiara sólo los asturianos, imagino, deben estar acostumbrados y conformados.
Sí, desgraciadamente el orbayu se había instalado en Asturias, mejor dicho estaba enganchada la niebla en el litoral y en Picos así que no teníamos más remedio que quedarnos por la "plana" e intentar visitar algún otro rincón asturiano que nos quedaba por ver y decidimos ir hacia Villaviciosa.
Hicimos el camino por la carretera que va paralela al litoral, pasamos de autovías, casi no se veía el mar. Llegamos a Villaviciosa y aterrizamos en la plaza donde está el ayuntamiento, en la Plaza del Generalísimo, los balcones de las casas que dan a la plaza estaban llenos de sábanas reclamando nueva nomenclatura: Plaza del Ayuntamiento, nos pareció que era una petición ajustada... de entre las muchas sábanas habían unas cuantas que pedían: Plaza del Uevu, al principio nos pensamos que esta petición era cachondeo pero resultó que no, que antigua y popularmente se conocía la plaza en donde está la Casa Consistorial como la plaza del Güevu, información esta faciltada por el folleto turístico que me apalanqué de la Oficina de Turismo. Y entonces pensé: vaya hombre ahora resulta que a los de Villaviciosa tampoco es que les plazca el nombre popular y han recurrido a lo facilito... con lo bonito que sería llamar a la plaza con su nombre más propio. Picajosos!!!!
Buscamos la Oficina de Turismo y nos informamos de la oferta turística visitable del entorno, sobre todo de la ria.
Para no desentonar con otros días la mayoría de lo visitable en Villaviciosa estaba cerrado a cal y canto o bien en obras. Glorioso!
Hice alguna foto a la iglesia románica de Sta. María de la Oliva en la plaza de la Oliva delante mismo de la oficina de turismo,
detalle de la Virgen que adorna la puerta de entrada
creo que mi mano se paseó por todas y cada una de las firmas que aún se apreciaban en las piedras de las paredes de la iglesia, acariciar con los dedos las firmas de los artesanos siempre me emociona... tontita que es una; Intenté hacer fotos de las mismas pero casi no se apreciaban así que no tengo ninguna.
Cogimos el coche nos fuimos a la playa de Rodiles desde allí, nos explicaron, parte un paseo en pasarela adentrándose al interior y paralelo a la ria. Muy bonito. Y llegamos a Rodiles, enorme y hermosa playa, enorme y hermoso bosque de pinos y eucaliptos al lado mismo, contaba para los visitantes con mesas y bancos para el picnic, espacios que encontramos en muchas otras playas asturianas y lo cual nos sorprendió, no estamos acostumbrados en mi tierra hallar un palmo de nada, ni tierra ni cemento, ni banco, ni mesa a disposición del público visitante o bañista, por no encontrar, a veces, ni encuentras un palmo de arena libre... toda la playa está invadida por hamacas. De alquiler ofcors.
Continuaba la niebla enganchada al agua y era una pena, la ria de Villaviciosa es una maravilla, por no ver casi ni se veía la otra orilla.
Tuvimos que sacar los paraguas para pasear... y peleándome con el y la máquina de fotografiar logre hacer un par:
como ustedes verán, ver, lo que se dice ver casi no se veía ná.
En realidad y a pesar del tiempo el paseo fue precioso y valió la pena.
Como ya se acercaba la hora de comer decidimos visitar Tazones, obligatorio según la señora informadora turística, y allí fuímos y... sí, seguro que es muy bonito pero bajo un aguacero no apetecía pasearse por allí, así que fuimos directamente a por faena, a buscar donde comer, de hecho todo Tazones es un restaurante, impresionante! refugiada bajo un toldo hice una foto de las casas típicas y de sus colores, colores que como ya he dejado dicho me encantan
ya en el restaurante, lleno hasta los topes de "ejecutivos" poniéndose las botas comimos, tuvimos que conformarnos con algunas tapas pues pedimos arroz co no se que y nos dijeron que debíamos esperarnos una hora. Mientras comíamos me fijé en la decoración del restuarante y en una de sus paredes habían unas baldosas pintadas representando unos puestos de mercadop en la calle de venta de pescado
es evidente que en Asturias llueve y es habitual.
Terminamos de comer, pasamos por el Puntal (vista panorámica)
decidimos acercarnos a ver el faro... creo que es el único faro que he visitado y desde el cual no se puede ver el mar
y ya emprendimos el camino de regreso, la última foto de la ria, observen el cielo, así todo el día
veremos mañana que nos depara el tiempo, empezábamos a estar cansados de que nos fastidiara sólo los asturianos, imagino, deben estar acostumbrados y conformados.
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