vacances, excursions, viatges... si pot ser, a tot el món.

10 agosto 2008

ASTURIES 2008


Senda Costera. Rio Purón y bufones



Ya estábamos en domingo, mal tiempo. Asín, en corto y contundente. A joderse. De todas formas este aciago día pocos lugares pueden visitarse pues acostumbran a estar llenos hasta los topes de domingueros, así que estudiamos la cuestión y decidimos emprender con la ruta costera pero esta vez la parte oriental. O sea, saliendo de Llanes p'allá, p'al otro lado, en dirección contraria a la del otro día, vamos.

Parece ser que los "llaneros", mejor dicho, los exquisitos turistas de Llanesno son muy aventureros así que el Ayuntamiento tampoco se mata demasiado informando y los carteles donde está dibujada la senda costera decía que el final estaba en Buelna. Pues bueno, pues vale. Así que iniciamos la marcha en la dirección que decía, partiendo de la playa de Toró, muy bonita por cierto, mejor que la playa de la Sablón para mi gusto. Que también tiene huevos que no tenga foto ni de una ni de la otra. Lógicamente allí se terminaban las indicaciones de la senda, el Ayuntamiento de Llanes es así, y claro, emprendimos por un caminito cercano al acantilado y no era. Nos equivocamos. A trancas y barrancas llegamos a Cué y allí preguntamos por donde andaba la senda, no supieron decirnos por donde se cogía, bueno si, han de andar por la carretera hasta encontrar el Mirador, al lado de la entrada del Club de golf. Y allí que nos ven ustedes andando por la carretera un buen trecho, mientras, veíamos a unos ciclistas que iban embalados cruzando la ladera de la montaña que teníamos a nuestra derecha. Allí, arriba de todo, lejos… ¿sería aquello la senda costera? Pero si esto de costero no tiene nada! Resignados continuamos andando, subía y subía la maldita carretera llena de curvas traicioneras. Al final, avistamos el mirador, desde allí pude hacer esta foto

Imagen

cualquier playa asturiana es así de bonita.

Y sí, allí encontramos bien marcada la senda, salía del mismo un caminito paralelo a la carretera protegido con una baranda hecha de troncos, monísima, empezamos a bajar y al poco llegamos a Andrín, un pequeño publecito a tope de casas rurales, como en todos los pueblos que habíamos visitado, allá por donde te mueves encuentras alojamiento y casas rurales bien cuidadas y preciosas, de ahí que sea un placer viajar por aquellos andurriales. :wink:

Cruzamos Andrín siguiendo las marcas de la senda y nos adentramos en un bosque frondoso, tranquilo y limpio lleno de pájaros que no paraban de cantar. Hacía años que no oía tantos pájaros. Cada kilómetro recorrido estaba señalizado por un pequeño monolito, estábamos siguiendo también el Camino de Santiago. Pero de costa ná de ná. Y desierto. A diferencia de la senda del otro día, aquí no encontrabas ni casas, ni gente, ni playa, ni nada de nada. Llevábamos dos horas y pico andando y teníamos por delante un camino. Ignorábamos las distancias de un pueblo a otro, de hecho ignorábamos si encontraríamos algún pueblo por el camino. Anda que te andarás nos adentramos en otro bosque, más profundo, silencioso y magnífico si cabe que el anterior y de pronto nos encontramos con un paisaje arrebatador y de película. Un puente de madera que cruzaba el Rio Purón, estábamos en pleno “Paisaje Natural y protegido” y desde allí podíamos dirigirnos hasta los “Bufones de Arenillas”, desviándonos un poco del camino podríamos ir a visitarlos.

El río y el puente con pescador incluido.

Imagen

encontramos la zona de los bufones después de andar un buen rato y la verdad es que sobrecogen…

dejo aquí la explicación del significado de este nombre y alguna foto (que no mia por desgracia, el mar, aquel día, estaba en calma) de este espectáculo gratuito y asturiano que puede encontrarse en diversos puntos de su costa.

Imagen


    LLANES- PAISAJE PROTEGIDO DE LA COSTA ORIENTAL

    La costa llanisca se caracteriza por su sustrato de rocas carbonatadas (calizas carboníferas) afectadas por un intenso proceso de carstificación, que tiene su origen en la capacidad del agua para disolver este tipo de rocas. Así se explica que toda la rasa litoral esté surcada por grutas subterráneas que se abren en los acantilados y que, a veces, también se comunican con la superficie a través de simas verticales. Cuando estas cavidades se encuentran por encima del nivel del mar, están llenas de aire. Sin embargo, cuando el oleaje o la propia marea amenazan con llenar de agua las galerías, ese aire es comprimido y sólo se encuentra la salida de las chimeneas verticales, por donde es expulsado a presión produciendo un espectacular chorro de agua que se eleva muchos metros sobre los campos verdes de la rasa. Este fenómeno va acompañado de un sonido peculiar que ha servido para darles el nombre de bufones.

Bien, una vez visitado el paraje continuamos con la caminata… el camino perfecto pero por sus alrededores nada de nada. Empezábamos a preocuparnos, no llevábamos comida confiando en encontrar algún pequeño restaurante en la ruta y como no sabíamos lo que nos quedaba por delante nos plantemos volver para atrás. Nos resistíamos, da rabia no llegar a ningún sitio.

Nos encontramos a dos caminantes pertrechados como si estuvieran dispuestos a conquistar el Himalaya.

Les preguntamos:

-¿queda mucho para el próximo pueblo?
-¿Cuál de ellos Vidiago o Pendueles?

Nos han jodido!
-El más cercano, decimos.

Pues…. Les queda una hora y pico de camino por lo menos. Encontrarán un cementerio, desde allí pueden decidir donde ir. Pendueles está cerca del camping que verán antes de cruzar la carretera. Vidiago está más al interior. Por cierto, ¿queda mucho para llegar a Llanes? –preguntaron- jejejejejeeeeeeee una se queda descansada sabiendo que no es la única que anda por el mundo despistada.

-De allí venimos, tres horas y pico con paso ligero -respondemos-
-¿podremos comer en el camping? –se hacía tarde-
-Ah, eso si que no lo sabemos!

-Bien gracias, buen camino. Y nos despedimos.
-Igualmente para ustedes. Buenas tardes, contestaron afables.

Continuamos el camino, encontramos el cementerio, avistamos el camping allí a lo lejos, miramos el reloj y decidimos volver para atrás. Si espabilábamos podríamos llegar a Andrin más o menos a las cuatro de la tarde, confiábamos que aunque fuera un bocata podríamos comer.

Y eso hicimos, volvimos, cruzamos el Purón otra vez, fotografié a este bicho que andaba por allí llenando su panza, el maldito!

Imagen

y aterrizamos en Andrín a punto de mojarnos, se avecinaba un chaparrón de mucho cuidado. He de reconocer que el tiempo nos respetó.

Entramos en la primera tasca que encontramos resultó ser, además, un restaurante de alto copete, la cuestión es que bocata no, pero carta si. Seguro que nos vio venir el espabilado. Estaba bastante rico el filete con foie y reducción de Pedro Ximenes… el Rioja que nos sugirió excelente. También quedó reducido nuestro bolsillo. Nos clavó una minuta que aún ando comprando en el todo a cien.

Después de comer salimos al camino para volver... por el mismo camino. Tuvimos que abrir los paraguas, porque salimos con paraguas ya por la mañana, cargamos con ellos toda la caminata, nada de plegables y estas chuminadas, paraguas de pastor, como dios manda. El calabobos solo cala a los bobos.

Llegamos a Llanes pasadas las seis de la tarde, en el entretanto me quedé embobada con esta estatua mirando el horizonte. Me impresiona la mirada de esta mujer y su postura reposada, medio ansiosa y medio resignada esperando avistar el pesquero que traerá sano y salvo a su marido, hijo o padre, o cualquier otro familiar. Impresiona.

Imagen

Fin de la jornada. Mañana, según el hombre del tiempo, no auguraba nada bueno.






No hay comentarios: