Desfiladero del Cares
Emprendemos la marcha hacia Asturias a las 8 de la mañana. Ruuuun ruuun ruuuun, el tiempo normal. Nos cruzamos en la carretera con el anuncio "Entra usted en Euskadi" y en cuanto las cuatro ruedas del coche pisaron la frontera nos cayó un chaparrón del carajo... vamos para que no queden dudas de que nos acercamos a tierras "llovizneras". 
Llegamos a LLanes, nos instalamos en el apartamento, salimos a pasear un poquillo, miramos la tele para ver que predicciones meteorológicas nos auguraban los próximos días y a la vista del maldito huevo frito que siempre sale en el mapa de la tele (sol y nubes) decidimos que el primer día haríamos la Ruta del Cares por aquello de que el camino no lo perderíamos y si se ponía a llover con una capelina teníamos suficiente.
Y pal Cares que nos vamos después de desayunar. Llegamos después de hora y media, obras en la carretera y camiones a punta pala, un fastidio! y aparcamos el coche casi en el inicio del camino, no había mucha gente y se auguraba un día estable. Una temperatura ideal. Esta Ruta desistimos de hacerla la anterior vez que estuvimos en Asturias pues aquello parecían las Ramblas. Esta vez íbamos casi solos. Pefecto!
Empezamos la caminata y lo primero que nos sorprendió es que la senda subía y subía, vamos que el Cares los veíamos en el fondo de la garganta, había un camino antiguo que corría más cerca del agua pero éste no era el indicado.
Impresionante la cantidad de agua que llevaba el río, y su fuerza...

salía agua por todos los agujeros de la montaña.

Dos meses lloviendo, nos dijeron, así que no era de extrañar. Bien, la excursión es preciosa, una caminata amable y preciosa. El desfiladero es realmente impresionante y como el día se mantuvo con cielos claros y sin nieblas las espectaculares paredes se disfrutaban.

Como decía, el camino es apreciable, cómodo y relajante

y en él se encuentran todos y cada uno de los caprichos que la naturaleza otorga, desde puentes naturales:

como especiales formas:

levantar la vista y contemplar el paisaje que nos rodea es obligatorio

el camino transcurre por túneles abiertos en la pared y mientras andábamos por ellos la ducha estaba asegurada... caía agua a chorros.

ya casi se terminan los túneles y encontramos la central cerca de Caín desbordando agua

y llegamos a Caín con un cielo azul y alguna nubwe rondando, a veces salía el solete y un apetito dispuesto a zamparse las primeras fabes de nuestras vacaciones.

comemos, descansamos perezosamente y emprendemos el camino de vuelta. Es entonces, a media tarde, cuando aparecen los verdaderos habitantes del Desfiladero del Cares acompañándonos casi todo el camino



la verdad es que me sentí muy acompañada e identificada.
Al llegar al coche nos estaban esperando dispuestas a meter la cabeza dentro del la mochila que, habitualmente, abren los caminantes en cuanto llegan para sacar la merienda o algo de comida después de la caminata. Así, con toda franqueza y sin ningún apuro, en cuanto te descuidas te encuentras a la cabra hurgando en la mochila.

Volvimos a casa contentos por el día, después de ducharnos, ir a pasear un poco por LLanes y cenar ponemos la tele:
Para mañana el hombre del tiempo ha colgado un sol espectacular en Asturias. Mañana a Picos!

Llegamos a LLanes, nos instalamos en el apartamento, salimos a pasear un poquillo, miramos la tele para ver que predicciones meteorológicas nos auguraban los próximos días y a la vista del maldito huevo frito que siempre sale en el mapa de la tele (sol y nubes) decidimos que el primer día haríamos la Ruta del Cares por aquello de que el camino no lo perderíamos y si se ponía a llover con una capelina teníamos suficiente.
Y pal Cares que nos vamos después de desayunar. Llegamos después de hora y media, obras en la carretera y camiones a punta pala, un fastidio! y aparcamos el coche casi en el inicio del camino, no había mucha gente y se auguraba un día estable. Una temperatura ideal. Esta Ruta desistimos de hacerla la anterior vez que estuvimos en Asturias pues aquello parecían las Ramblas. Esta vez íbamos casi solos. Pefecto!
Empezamos la caminata y lo primero que nos sorprendió es que la senda subía y subía, vamos que el Cares los veíamos en el fondo de la garganta, había un camino antiguo que corría más cerca del agua pero éste no era el indicado.
Impresionante la cantidad de agua que llevaba el río, y su fuerza...

salía agua por todos los agujeros de la montaña.

Dos meses lloviendo, nos dijeron, así que no era de extrañar. Bien, la excursión es preciosa, una caminata amable y preciosa. El desfiladero es realmente impresionante y como el día se mantuvo con cielos claros y sin nieblas las espectaculares paredes se disfrutaban.

Como decía, el camino es apreciable, cómodo y relajante

y en él se encuentran todos y cada uno de los caprichos que la naturaleza otorga, desde puentes naturales:

como especiales formas:

levantar la vista y contemplar el paisaje que nos rodea es obligatorio

el camino transcurre por túneles abiertos en la pared y mientras andábamos por ellos la ducha estaba asegurada... caía agua a chorros.

ya casi se terminan los túneles y encontramos la central cerca de Caín desbordando agua

y llegamos a Caín con un cielo azul y alguna nubwe rondando, a veces salía el solete y un apetito dispuesto a zamparse las primeras fabes de nuestras vacaciones.

comemos, descansamos perezosamente y emprendemos el camino de vuelta. Es entonces, a media tarde, cuando aparecen los verdaderos habitantes del Desfiladero del Cares acompañándonos casi todo el camino



la verdad es que me sentí muy acompañada e identificada.

Al llegar al coche nos estaban esperando dispuestas a meter la cabeza dentro del la mochila que, habitualmente, abren los caminantes en cuanto llegan para sacar la merienda o algo de comida después de la caminata. Así, con toda franqueza y sin ningún apuro, en cuanto te descuidas te encuentras a la cabra hurgando en la mochila.

Volvimos a casa contentos por el día, después de ducharnos, ir a pasear un poco por LLanes y cenar ponemos la tele:
Para mañana el hombre del tiempo ha colgado un sol espectacular en Asturias. Mañana a Picos!
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